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18 may 2024

Espanyol per a estrangers B1- Natalia Konanova

Todas las casualidades no son casuales

Eran las ocho de la tarde cuando mi teléfono rompió el silencio y la tranquilidad de mis pensamientos. Al otro lado del teléfono el jefe empezó a quejarse de su vida. Intuí muy rápido que él había preparado algo especial para mí estas fiestas.

-La semana que viene tienes que ir a Mallorca para hacer un reportaje sobre las celebraciones navideñas en Palma. El lunes pasarás por la oficina y recogerás los billetes de avión y las entradas para una cena de gala con actores famosos. Necesito que hagas un informe brillante, y colgó el teléfono.
Otra Navidad lejos de casa, sola y miserable. Estaba a punto de echarme a llorar. ¡Qué vida tan injusta! Todas las fiestas importantes las tengo que pasar trabajando.
A los dos días, me sentaba en el aeropuerto esperando mi vuelo. Había mucha gente con prisa y haciendo mucho ruido. El ambiente navideño estaba en el aire y todo parecía mágico.
En el avión, una pareja joven me pidió que cambiara de sitio, y la azafata ofreció colocarme en primera clase. Tan pronto como me abroché el cinturón de seguridad, un hombre de unos 35 años apareció, me saludó, y se sentó a mi lado. Me puse muy nerviosa al principio y mi corazón empezó a latir muy deprisa porque solo se podía conocer a un hombre tan guapo en una película. Era alto, moreno, tenía unos grandes ojos azules, unos dientes blancos como la nieve y un pelo negro bien cuidado.
Cuando el avión despegó, el hombre se dirigió a mí con una sonrisa encantadora y empezó a charlar. Durante todo el vuelo hablamos de arte e historia, parecía que nos conocíamos de toda la vida.
Me sentía un poco triste cuando el avión aterrizó, pero resulta que no tenía que preocuparme por nada. Saliendo de la sala de llegadas, él me entregó su tarjeta y me dijo que esperaría mi llamada con impaciencia.
Miguel Álvaro, el director del festival de cine de Mallorca,-leí detenidamente y me sonreí.
Las dos semanas siguientes en Mallorca fueron estupendas, hermosas y llenas de felicidad.
Así, al lado de Miguel, empezó mi viaje a un país que se llama Amor.